"Hoy he abierto los ojos al mundo, pero sucedió de manera tan repentina... Fui a visitar a Basil como usualmente hago, pero al llegar me di con la sorpresa de que él tenía otra visita. El hombre era Lord Henry Wottom. Me pareció muy amable pero Basil quería que se retirase, así que me opuse y logre que se quedara. Mientras Basil me retrataba empecé a conversar con Harry. Al hacerlo me di cuenta que su manera de pensar era algo profunda, atractiva, relativamente superficial y bastante influyente. Primero me habló de las tentaciones y las influencias, que siempre eran malas; las palabras que utilizó reflejaban mi alma y me abrumaban intensamente, llenándome el pensamiento de cosas nuevas hasta que no pude soportar más...Tuve que pedirle que callara y tratar de responderle.
Salí al jardín a tomar aire, Harry me siguió. Empezó a decirme que tenía lo más maravilloso: juventud y belleza. Después me empezó a decir que tal vez no la valore ahora y que un día en que me encuentre todo arrugado, viejo y feo lo sentiría terriblemente. Que ahora encantaba donde sea , pero que ya pronto no será así, pronto tendría las extremidades lesionadas y los buenos tiempos serían parte del pasado, por lo que debía aprovechar aquella virtud. Me quedé pasmado por segunda vez. Entré a la sala y vi el retrato, hermoso por la eternidad, fue cuando me dí cuenta de verdad de lo bello que era y eso me llenó de alegría. Pero las palabras de Harry volvieron a pasar por mi cabeza y entendí que mientras yo envejeciera , el retrato se mantendría siempre joven y hermoso; así que lo odié terriblemente y deseé con toda mi alma que el retrato envejeciera y yo me mantuviera joven... "
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